En Chile, el 50% de la población mayor de 65 años tiene pérdida auditiva (según el censo de 2012, eran 1.720.000 personas mayores de 65 años, lo que significa más de 850.000 personas), sin embargo, más de la mitad de la población reconoce no haber revisado nunca sus oídos.
Ante esta situación, en GAES promovemos acciones para generar conciencia sobre la importancia de prestar atención al sentido de la audición y prevenir posibles trastornos auditivos mediante revisiones periódicas.
Al mismo tiempo, también llevamos a cabo una intensa labor para denunciar situaciones que nos rodean y que pueden afectar nuestra salud auditiva, como la contaminación acústica. Cuidar nuestra audición es una medida de prevención básica para evitar la aparición de trastornos en el futuro. Un sondeo hecho por GAES en España arrojó que la audición es el segundo sentido más importante, por detrás de la visión.
Los problemas auditivos constituyen un grave problema de salud que ha ido en aumento en los últimos años. Perder capacidad auditiva provoca aislamiento social y dificultades para relacionarse con el entorno, si no se toman medidas adecuadas para solucionar el problema. Por esta razón, la detección temprana juega un papel decisivo.
La pérdida auditiva o hipoacusia se debe a daños o disfunciones en una o más partes del oído y puede ocurrir a cualquier edad y por diferentes razones.
Cuanto más tarde se diagnostica, mayor es la pérdida auditiva, e incluso más difícil resulta prevenirla y adaptarse después a las soluciones auditivas.
No obstante, la causa general y más común de pérdida auditiva son la edad y la sobreexposición a ruidos fuertes.
En el 90 % de los casos de pérdida auditiva, hay numerosas soluciones para mejorar la comunicación.
Afecta al oído interno o a las vías neurales. En este caso, el sonido se transmite correctamente a través del oído externo y medio, y el déficit se produce en el oído interno.
Normalmente, este tipo de pérdida se produce por daños en las células ciliadas o en las terminaciones nerviosas de la cóclea, lo que genera una reducción en la percepción de la intensidad y la calidad del sonido. Este tipo de pérdida auditiva suele compensarse con una solución auditiva.
Los diferentes niveles de pérdida de audición se conocen como “grados” y dependen de la severidad del daño que causan.
La pérdida puede ser leve, media, grave o profunda. En el último caso, quienes la padecen no pueden entender el habla.
Aunque cada vez son más las personas jóvenes que sufren problemas de audición, los mayores de 55 años son el sector más afectado.
En Chile, según el último estudio de la audición que realizamos en 2014, el 26 % de la población reconoce que oye mal o regular; el 46 % reconoce que su audición ha empeorado con la edad y 1 de cada 3 personas reconoce que nunca ha revisado su audición.
Los especialistas recuerdan que los problemas de audición conducen a un progresivo aislamiento, al abandono de aficiones y a cambios de hábitos. Además, hay que recordar que, en muchos casos, la pérdida auditiva relacionada con la edad puede ser hereditaria, por lo que acudir a revisiones periódicas puede prevenir su aparición o que no se agudice si ya ha aparecido.
0-25 dB
Sin dificultad perceptible.
26-40 dB
Dificultad para escuchar un discurso y conversaciones suaves, especialmente en situaciones ruidosas, pero sin problemas en ambientes silenciosos.
41-55 dB
Dificultad para entender una conversación, especialmente cuando hay ruido de fondo. Se necesitan mayores niveles de volumen para escuchar la televisión o la radio.
56-70 dB
La claridad del discurso se ve afectada, la conversación debe ser más fuerte de lo normal y hay una gran dificultad en las conversaciones grupales.
71-90 dB
La conversación regular es inaudible y hay dificultad incluso en voz alta. Frecuentemente, la comprensión es solo posible a través de gritos o de amplificación.
91+ dB
Incluso el sonido amplificado es difícil de comprender o es inaudible.
Explora la anatomía del oído y descubre como funcionan las diferentes partes del oído interno, medio y externo.
Si crees tener algún problema auditivo, debes acudir a un especialista. Este es el encargado de revisar el oído y determinar a qué se debe la pérdida auditiva que, muchas veces, puede estar provocada por un tapón de cera, un resfriado u otros problemas leves.
Otra opción es visitar un centro auditivo y hacerte una revisión. Los/as profesionales de la audiología llevarán a cabo una serie de pruebas para valorar tu capacidad auditiva. En el caso de detectar alguna pérdida pueden asesorarte acerca de la ayuda que necesitas para oír mejor.