Si tenemos en cuenta dos factores podemos conseguir un nivel de ruido seguro en el trabajo:
- El volumen del ruido y el tiempo que se está expuesto al ruido.
- El volumen máximo de ruido que permiten las normas de la mayoría de los países europeos es, por lo general, inferior a 85 dB durante una jornada laboral de ocho horas.
La función del/de la audioprotesista es evaluar el grado de pérdida auditiva, recomendar el instrumento auditivo más adecuado y responsabilizarse de su correcta adaptación.
Al determinar el grado de pérdida auditiva, el/la audioprotesista informa al/a la paciente de las alternativas que tiene a su alcance y le da conocer distintas soluciones auditivas, según el estilo de vida y tipo de pérdida que tenga. Una vez escogida y colocado el aparato auditivo adecuado, el/la audioprotesista lo ajusta para adaptarlo a las necesidades individuales de cada paciente.
El/la audioprotesista también propone revisiones periódicas para verificar el buen funcionamiento del aparato auditivo y comprobar la evolución de la audición.
A veces, pensar que solo necesitas un aparato auditivo para poder resolver tu problema auditivo es un error. Y es que los aparatos auditivos presentan una desventaja: el ruido ambiental entre el micrófono y la palabra de quien ha de ser escuchado. Este ruido de fondo crea una relación señal-ruido, la cual es adversa y reduce la capacidad de inteligibilidad de la persona con pérdida auditiva.
Hay otros factores adversos, como la distancia y la reverberación o eco, que sumado a otras condiciones acústicas del cuarto o área donde se encuentra, pueden reducir significativamente la capacidad para comprender un mensaje hablado.
Teniendo en cuenta estos problemas, existen soluciones específicas para mejorar la audición en cada momento. Los dispositivos de ayuda auditiva son diversos tipos de instrumentos auditivos que contienen normalmente un micrófono remoto para mejorar la relación señal ruido.
Entre ellos destacan los sistemas de comunicación inalámbrica o FM, amplificadores personales, amplificadores telefónicos, de televisión, para el timbre de la puerta, etc. Todos estos sistemas permiten una conexión directa entre el emisor y el receptor, evitando interferencias indeseadas, lo que permite la libre movilidad de quien habla (interlocutor/a) y quien escucha (usuario/a) y, sobre todo, aumentando la inteligibilidad de la señal. Estos productos destacan por ser cómodos de usar, fáciles de instalar y muy flexibles.
La otitis es una inflación, que suele estar provocada por una infección de la garganta. La causa más importante de la otitis media es el mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio, conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe. Otras posibles causas pueden ser la infección de la vía respiratoria alta, los problemas alérgicos y los trastornos de la función ciliar del epitelio respiratorio de la vía respiratoria alta.
Los síntomas agudos de la otitis son dolor de oído, fiebre, tinnitus e irritabilidad. Con menos frecuencia se puede presentar supuración, vértigo y más raramente parálisis facial. En la otitis media crónica con efusión, la pérdida auditiva puede ser el único síntoma.
La toma de antibiótico durante 10 o 14 días es el tratamiento habitual para la otitis media aguda, teniendo como referencia los gérmenes que habitualmente son los responsables de dichos procesos. Normalmente, con este tratamiento antibiótico la sintomatología mejora en 48 horas. Sin embargo, si existe efusión en el oído medio, esta puede persistir durante varias semanas. Este tratamiento, en ocasiones, se acompaña con descongestionantes nasales y mucolíticos.
Este es uno de los síntomas frecuentes entre las personas que necesitan ayudas auditivas. La posible causa podría encontrarse a nivel neurosensorial, lo cual impide un correcto funcionamiento del oído.
Por supuesto, influyen también factores como la edad, ciertos medicamentos, causas genéticas y la contaminación acústica. Todo esto lleva a una falta de capacidad para entender la conversación.